“Los Simpson son, de por sí, un espectáculo político. La película va a ser también política.
Hay política en todo lo que hacemos.”
Matt Groening
Algunos políticos que aparecen en la serie
El eje entorno al que gira la famosa serie de animación no es otro que la política. No importa donde mires y si te das cuenta o no, la política es como los ojos de la Mona Lisa y como Dios: siempre te persigue con la mirada y es omnipresente, está en todas partes.
La política es un tema recurrente y que está a la orden del día y muchas de las sitcom de animación estadounidenses la utilizan como recurso clave a la hora de denunciar y hacer humor.
Algo que extraña un poco a sus espectadores es el carácter liberal de esta serie a pesar del conservadurismo del dueño de la cadena que la vio nacer, Rupert Murdoch.
Incluso la propia familia Simpson se plantea la incongruencia entre la ideología de la cadena y el tipo de contenido que oferta en el episodio Kent no siempre puede decir lo que quiere (T18).
La Fox se fragua bajo el seno de la gran empresa mediática News Corp., con un sello conservador. Incluso la compañía, antes de dedicarse a la televisión, se hizo con varios diarios conservadores británicos como The Sun y The Times.
El australiano solía codearse y hacer negocios con distintas personalidades situadas a la derecha del espectro político como, por ejemplo, la primera ministra inglesa Margaret Thatcher. Por eso cuesta comprender la naturaleza liberal de la serie más allá que por el pacto económico.
Pero, es por ese mismo motivo, por el dinero, por lo que podemos llegar a entender a Murdoch, ya que no sería la primera vez que cambiase la línea ideológica de sus medios en función de cuestiones de beneficio (principalmente económico) para él y su compañía.
Uno de los ejemplos más claros es cuando los conservadores británicos le retiraron su apoyo con la llegada de John Mayor, estableciendo la conocida como "Ley Anti-Murdoch" evitando que no tuviese el poder suficiente para monopolizar los medios de comunicación ingleses.
Fue entonces cuando en dueño de News Corp. comenzó a acercarse Tony Blair y los laboristas y cambió la línea editorial de los diarios británicos para ganarse su apoyo.
No sería hasta los años 80 cuando Murdoch se hace con la Fox, una de las televisiones más importantes de EE.UU, aunque con el paso de los años, en 2017, Disney compraría la cadena, como ya predijeron Los Simpson en el capítulo Cuando criticas a una estrella (T10) 21 años antes.
Rupert Murdoch con Homer Simpson
Retomando, esta tendencia liberal ha causado que los conservadores estadounidenses mostrasen su rechazo en numerosas ocasiones a esta por su humor irreverente y su manera de tratar algunos conceptos como, por ejemplo, la familia.
Los indices de audiencia de la serie opinaba lo contrario: Al Jean, productor ejecutivo de la serie, comentó en una entrevista que aunque la ideología política de la serie es liberal, esto no significa que no haga humor para todos los públicos.
Según los creadores de la serie, "el humor es inversamente proporcional a las creencias de uno". Es por eso que una serie de animación como esta, cuyo principal recurso, además de la denuncia social, es el humor, no entiende de ideologías ni tendencias políticas.
Algo que vemos muy claro, al igual que en la vida real en la política estadounidense, es la división de esta en dos grandes corrientes: los republicanos y los demócratas.
Como pudimos apreciar en el episodio El actor secundario Bob vuelve a las andadas (T6) Springfield es una ciudad gobernada por los demócratas, con el alcalde Joe Quimby, que pertenece al bando liberal. A la cabeza de la oposición nos encontramos con Bob Terwilliger, mayormente conocido como el actor secundario Bob, líder del Partido Republicano y apoyado por los (ultra)conservadores.
Alcalde Quimby
Algunos de los temas encasillados en el ámbito político que trata la serie y que más capítulos han inspirado según el libro Homer Simpson goes to Washington: American Politics Through Popular Culture son: la homofobia, el matrimonio homosexual, la inmigración y el control de fronteras, abuso de drogas y alcohol, derechos de portar armas, censura a los medios de comunicación, problemas ambientales, campañas electorales y corrupción.
En el transcurso de las temporadas la presencia de la política siempre ha estado demonizada y satirizada, una realidad hecha dibujo, haciendo ver a los espectadores de una manera más cómica, dinámica y humorística la problemática de la política actual en Estados Unidos y, en ocasiones, en el mundo en general.
Algunos de los capítulos que mejor simbolizan la presencia de temas políticos son Mucho Apu y pocas nueces (T7) donde quieren expulsar a los inmigrantes de la ciudad y Apu se examina para ser ciudadano estadounidense y que no lo deporten.
Al filo del panfleto (T15), en el que Burns decide comprar todos los medios de comunicación de Springfield eliminando toda pluralidad existente, pero finalmente se da cuenta de que eso no es ético.
Homer contra la decimoctava enmienda (T8) en el que tras ilegalizar el alcohol en Springfield y cortar los suministros de este, Homer se dedica a destilar su propio alcohol y venderlo de contrabando y es buscado por las autoridades.
Bart al futuro (T11) donde podemos ver a Lisa como presidenta de los Estados Unidos criticando el sistema político y a su predecesor Donald Trump.
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